Si tú eres el resultado de lo que piensas, tal como afirma el proverbio 27:3: "Tal es su pensamiento en tu corazón, tal es él". Debo ser cuidadoso con lo que permito en mis pensamientos, ya que en eso terminaré convirtiéndome.

Los pensamientos generan emociones, las emociones conducen a acciones, las acciones repetidas se convierten en hábitos, y estos definen quiénes somos.

Si visualizamos nuestra mente como un árbol por donde los pájaros pasan volando, siendo estos los pensamientos, yo elijo cuáles aterrizan, ya que harán de mi cabeza un nido donde se conciben ideas que darán a luz después de ser incubadas en mi mente durante algún tiempo.

Elige no perseverar en preocupaciones; elige en qué pensar para encontrar paz. "Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado" (Isaías 26:3).

Opta por pensar en cosas buenas que te construyan y animen. Como dice Filipenses 4:8: "Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, honesto, justo, puro, amable, y de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad".

Elige renovar tus pensamientos para lograr transformación. "No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta" (Romanos 12:2).

Elige cuidar tus pensamientos como un cofre lleno de piedras preciosas (sabiduría) y no como un cubo de basura expuesto a cualquier contaminación. "Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida" (Proverbios 4:23).

Elige cuidar tu mente para cuidar tus palabras. Como dice la Biblia: "El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca".

Opta por crear en tu mente las ideas más grandes, visiones y sueños que pueden convertirse en realidad. "Lo que se hizo fue hecho de lo que no se veía" (Hebreos 11:3).

​Elige pensar en grande; todos nacimos con el regalo de elegir en qué pensar y concebir grandes cosas. Mantén una actitud mental positiva, espera lo mejor y empezará a materializarse. Asume la responsabilidad de creer para crear, porque para el que cree, todo es posible.